Para eso trabajo: Pagar las cuotas
¿Cuál es la diferencia entre una deuda buena y una mala?
--
Contraer una deuda ya sea a través de un préstamo o mediante una compra en cuotas utilizando tarjetas de crédito no es algo malo. De hecho, el crédito es lo que muchas veces nos permite acceder a los bienes o servicios que queremos y/o necesitamos, y que nos ayudan a mejorar nuestro bienestar y calidad de vida.
Hay que tener en cuenta que cada vez que decidís hacer una compra en cuotas o pedir un préstamo, es importante que puedas planear esta operación conscientemente para que tu deuda sea buena. A veces, una deuda que no fue planeada adecuadamente puede complicar nuestras finanzas personales, y es ahí cuando nos vemos enfrentados a lo que podríamos llamar una deuda mala.
Para determinar si una deuda es buena o mala tenemos que tener en cuenta dos puntos:
1. Cuál es el tipo de gasto que queremos cubrir con una deuda o financiación
Es importante atender que no estemos pagando en cuotas un gasto corriente, es decir, un gasto que sabemos vamos a tener todos los meses, ej: la cuenta de la luz, el agua, o las compras del super que serán consumidas dentro del mes. Si estamos haciendo esto, es una señal de que nuestro presupuesto no está equilibrado y que necesitamos realizar ajustes para no depender del crédito para cubrir gastos corrientes que sabemos que van a estar presentes todos los meses.
Pueden existir situaciones imprevistas que desequilibran nuestro presupuesto como, por ejemplo, una reparación en la casa, una avería del auto, o un pariente enfermo. En esos casos, el crédito puede ser de gran ayuda porque nos permite cumplir con nuestros gastos corrientes. Lo importante es reconocer que es una situación excepcional, y que no debería suceder repetidamente.
2. La regla de oro. Preguntarnos: ¿cabe esta cuota en mi presupuesto?
Esta regla de oro es lo más determinante para identificar si una deuda que estamos por tomar nos conviene o no. Consiste en analizar si realmente puedo comprometerme con la cuota de lo que quiero comprar.
Para poder hacer este análisis, es necesario conocer nuestro nivel de ingresos y nuestro nivel de gastos. Esto lo podemos hacer a través de un presupuesto mensual que nos permita conocer cuánto dinero tenemos disponible mes a mes para cubrir una cuota de lo que queremos comprar. Con esto, podemos saber que si la cuota de lo que queremos comprar no cabe dentro de nuestro presupuesto, va a ser un problema al momento de tener que pagarla, porque no contamos con todo el dinero necesario para cubrir la obligación mes a mes.
Si las cuotas superan nuestra capacidad de pago, debemos considerar hacer esa compra en otro momento cuando nuestro presupuesto esté más liberado.
TIP:
Una práctica mencionada en el podcast Para eso trabajo que también nos ayuda a tomar mejores decisiones cuando decidimos comprar algo a crédito, es ver opciones y comparar precios. Por ejemplo, cuando necesitamos un electrodoméstico para la casa, muchas veces nos cerramos a una sola opción porque creemos que es la única que satisface todas nuestras necesidades o porque no tenemos tiempo para buscar más alternativas. Puede ser el caso, que esa primera opción que encontramos, precisamente no se ajuste a lo que podemos pagar. Por esto, es bueno tomarse un tiempo para ver alternativas que también cumplan con los requerimientos de lo que estamos buscando, pero tengan un mejor precio que nos permita pagar las cuotas cómodamente. Acá una estrategia muy útil es también aprovechar las promociones de descuento o las cuotas sin intereses que ofrecen las tarjetas de crédito.
No se trata de no comprarte eso que querés o necesitás, si no de que puedas hacerlo responsablemente siendo consciente de tu capacidad de pago.
Utilizar el crédito a tu favor, conociendo claramente tus niveles de gastos e ingresos mediante un presupuesto actualizado y equilibrado te ayuda a mantener tus finanzas saludablemente y a tomar mejores decisiones al utilizar tu dinero.